domingo, 26 de diciembre de 2010
Nos enseñan que hay siete pecados capitales, todos conocemos los más importantes: gula, soberbia, lujuria... Hay un pecado del que no oímos hablar mucho: La ira. Tal vez porque pensamos que no es tan peligrosa, que podemos controlarla. Quería decir que puede que no nos tomamos en serio la vida, y quizá es más peligrosa de lo que pensamos. Cuando se trata de comportamientos destructivos, la ira es la número uno. ¿Qué diferencia a la ira del resto de los pecados capitales?. Lo cierto es que es sencillo: si pecas por envidia o soberbia, sólo te haces daño a vos mismo, con la lujuria y la avaricia te hieres a ti mismo o a algún otro. Pero la ira es lo peor, el padre de todos los pecados, la ira te lleva a cruzar los límites, y cuando lo haces, podes llevarte a mucha gente por delante."
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